Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino.
El destino no reina sin la complicidad secreta del instinto y de la voluntad.
El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos.
Créeme, en tu corazón brilla la estrella de tu destino.
¡Actúa en vez de suplicar. Sacrifícate sin esperanza de gloria ni
recompensa! Si quieres conocer los milagros, hazlos tú antes. Sólo así
podrá cumplirse tu peculiar destino.
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