jueves, 10 de enero de 2013

Maldad

Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros.

La probabilidad de hacer mal se encuentra cien veces al día; la de hacer bien una vez al año.

El mal no es lo que entra en la boca del hombre, sino lo que sale de ella.

Ningún hombre conoce lo malo que es hasta que no ha tratado de esforzarse por ser bueno. Sólo podrás conocer la fuerza de un viento
tratando de caminar contra él, no dejándote llevar.

El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad.

Aunque estés solo, no debes decir ni hacer nada malo. Aprende a avergonzarte más ante ti que ante los demás.

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